Crisis .

Tiendo a autoanalizarme demasiado. Ya propuse diez mil teorías sobre qué es lo que me está pasando y adivinen qué? Ninguna era correcta. Todavía no sé qué mierda me pasa. Ya va un año, un puto año, y sigo sin saber qué me pasa. A veces siento la necesidad de tirar todo al carajo, de abandonar todo por lo que tanto peleé... pero no puedo, soy demasiado orgullosa. Mi ego no me deja volver con la cabeza gacha y decir "Fracasé". No puedo en parte, también, porque sé que mi fracaso no se debe a lo que todos piensan. No fracaso porque no entienda nada y no me de la cabeza; tampoco fracaso porque no tenga tiempo o porque tenga una hija, no. Fracaso porque mi cabeza falla en aspectos que nada tienen que ver con lo intelectual. FRACASO, que palabra dura; me martilla en mate cada vez que intento descifrar en qué estado me encuentro. No quiero fracasar, pero tampoco quiero seguir. Solamente quiero no estar, quiero largarme a llorar sola en medio de un campo, quiero fumarme un cigarro y desaparecer un ratito, un ratito nada más. Quiero... no sé.
Estoy en crisis y no hay nada que me saque de esto. Ya probé todo: dejé cosas, empecé otras, me reí, salí, admití que no podía, lloré y hablé (con una sola persona, pero lo hice)... y nada funciona. Mi cabeza sigue estando mal, mal, mal. Siento que me estoy volviendo loca. No me reconozco. Se los dije a todos: ESTA NO SOY YO. Desde que empezó este año de mierda no soy yo. Supongo que es una crisis de cambio, un duelo por dejar de ser lo que fui toda mi vida y convertirme en ochocientas cosas nuevas. Ya no soy más la mantenida que no se lavó una bombacha en su vida, ya no soy más la piba que vivía de joda en joda sin preocupaciones ni repercusiones, ya no soy más esa a la que le va bien académicamente sin estudiar nada, ya no soy más yo. Ahora sé usar un lavarropas (qué ciencia!), lavo ropa a mano, cambio pañales, preparo mamaderas, canto el Arrorró, hago la comida, limpio la casa, estudio, estudio y vuelvo a estudiar, pero sin embargo nunca llego a saber todo y siempre me va como el orto. Es una decepción tras otra. Es increíble cuánto puede llegar a deprimirte una mala nota. Es que no me reconozco... Veo mis notas mediocres y pienso "Esta no soy yo; yo me saco notas buenas" pero no es así; tengo que acostumbrarme a que esta nueva yo ya no tiene tiempo de estudiar para un 10 y tampoco tiene ganas, está cansada. Esta nueva yo no sabe ni quién es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario